Esta semana seré el profesor de Data driven marketing del curso de Big data marketing de KSCHOOL. Te confieso que me hace una ilusión enorme participar en una escuela de la que siempre me hubiese gustado ser alumno pero para lo que, por motivos geográficos fundamentalmente, no se han alineado los astros.
Trabajar en el material lectivo me ha permitido realizar algunas reflexiones en un momento donde el uso de big data se ha normalizado tanto que ya ni siquiera nos damos cuenta de que lo usamos.
De hecho ya está al alcance de todos. No con la misma disponibilidad o potencial, claro. Pero cualquier negocio puede explotar desde hace un tiempo el big data a su favor independientemente del tamaño de su mercado, como ya comenté en este post hace ya unos años.
El Big Data es como una mina de oro de información valiosa y profunda, un tesoro oculto en los inmensos océanos de datos generados en nuestro mundo digital. Es el almacén de todos los datos que se generan a diario, desde las redes sociales hasta las transacciones online, pasando por el seguimiento de dispositivos móviles y mucho más. Es un vasto océano de información en constante crecimiento que puede ser analizado y explorado para obtener ideas, patrones y tendencias que de otra manera pasarían desapercibidos.